La hermana de uno de los ladrones apuntó contra el juez que los mató en Quilmes: qué dijo

El juez era el camarista de San Isidro, Ernesto García Maañón, quien junto a su custodio fueron sorprendidos por un grupo de al menos 7 ladrones al salir de un polígono de tiro. La banda quiso robarles el auto y ellos se defendieron alos tiros. Hubo una balacera en la que  dos de los asaltantes terminaron muertos.

Aunque se abrió una investigación por homicidio y lesiones (hay un menor de 16 años internado), ni el juez ni el custodio fueron detenidos y se enmarcó todo en una "legítima defensa". Gabriela manifestó a los medios de comunicación en la mañana de este lunes que "escuché los disparos, uno tras otro, y salí de mi casa. Primero encontré a otros dos chicos. Me acerqué al chico de 16 que sigue internado y ahí me avisaron que mi hermano estaba en el pasillo tirado. Ya no reaccionaba, tenía disparos en el pecho y en la pierna".

Luego señaló que "mi hermano corrió, y tenía el tiro por la espalda.  No sé que pasó porque yo no estaba, no vi que pudieron haber hecho, pero no era necesidad matarlos, apuntarme a mí. Cuando quise sacar a mi hermano, el custodio o el juez, empezó a tirar sin medir. Había gente, chicos... En ningún momento se le tiraron balas al auto como dijeron. Me dijo con la pistola que no me acercara porque estaban armados. No dejó que subiéramos a los pibes a los autos, había dos para llevarlos al hospital".

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Respecto de los jóvenes con los que estaba su hermano, Gabriela dijo: "Son chicos que se criaron acá, de familia, que no molestan. La mamá de uno de los pibes es gente grande, la mamá del otro tiene hijos chicos como yo. Son pibes que están perdidos en la droga. Por eso me da bronca que digan que son unas lacras o que las familias están en la misma posición, ¿vos me ves que yo esté en posición de vender droga o rastrear?".

Finalmente, cerró: "Yo siempre le decía que la corte, porque tenía problemas con los vecinos por hacer cagadas. Pasaba algo y siempre tenía que salir yo a responder por mi hermano. Me hago cargo del hermano que tenía, pero también había que fijarse que estaba perdido en la droga. El día que lo vino a buscar la Policía a casa yo le decía a los policías que si tenía algo que se lo llevaran. Me he cansado de hablarle. Se ha mandado cagadas, mi mamá lo tuvo que ir a bsucar a la comisaría. Vivía drogado. Podía estar dos horas en casa sentado y luego se iba y se perdía. Yo sabía que iba a terminar mal. Mi hermano en su pieza no tenía ni un calzoncillo, vendía todo para drogarse. Jamás lo cubrí. Todo lo que tengo es porque trabajo, nunca le festejé si traía algo por cosas que hacía".