Flores, velas, miel y otras ofrendas al agua: así es el ritual umbanda en el río de Quilmes

Todos los 2 de febrero se reúnen en la zona de la Ribera y celebran el Día de la Mai Iemanjá, la protectora de los navegantes, la diosa de la fertilidad y de la familia. 

Sociedad 11/02/2023
Flores, velas, miel y otras ofrendas al agua: así es el ritual umbanda en el río de Quilmes
Flores, velas, miel y otras ofrendas al agua: así es el ritual umbanda en el río de Quilmes

Se trata de una tradición que tienen desde hace décadas, mediante la cual se acercan e ingresan en el agua del Río de la Plata y entregan ofrendas a esa deidad, una de las varias que tiene la religión umbanda, fundada a principios del siglo XX en Brasil y que combina conceptos del catolicismo, espiritismo y creencias indígenas americanas con herencia de la cultura de los africanos que llegaron al continente como esclavos.

Desde hace muchos años, en la Argentina suele haber temor hacia las actividades que realizan los fieles de esta religión, y Oluwo Allegue, presidente de la Agrupación Social, Cultural y Religiosa Africanista y Umbandista (ARSAU), dijo a TN que "los prejuicios están implantados en la sociedad, desde el momento en que estamos hablando de africanos, que es una imagen distinta. Hay sacerdotes buenos y malos en todas las religiones".

Una de las participantes del ritual que tuvo lugar el último 2 de febrero en la costa de Quilmes, le dijo al canal televisivo (que hizo un informe sobre la jornada), que iban a entregar "una ofrenda para agradecer lo que nos dio todo el año. Para mí es una paz espiritual que no mucha gente la tiene. Son identidades que son puentes para pedir cosas buenas".

Vestidos de blanco, los umbandistas ingresan al agua empujando una pequeña barcaza de madera en la que colocan ofrendas para Mai Iemanjá, desde alimentos como frutas y pochoclo, flores y otros objetos, con una estatuilla de una sirena que representa a esa deidad. Antes de apoyarla sobre el agua, arrojan un poco de miel y luego la llevan varios metros río adentro para que la corriente se la lleve. "Si la ofrenda vuelve a la costa, es que Mai Iemanjá no la recibió bien", aseguraron.

Con un espíritu de gratitud, hubo también espacio para que algunos fieles hagan pedidos. Incluso una mujer contó que dejó una carta junto a un ramo de flores en el agua, admitiendo que pidió por la "unidad de su familia". Y se emocionó porque ingresó al río sin saber nadar. 

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